viernes, 16 de mayo de 2008

T. REX - Tanx (1973)


En 1973, esa imparable máquina de ganar dinero que era T. Rex estaba en su momento de auge. T. Rex (o, lo que es lo mismo, Marc Bolan) se encontraban en plena inspiración sacando singles exitosos sin parar y con sus últimos álbums en lo más alto de las listas. Eran los grandes años del glam-rock, y Marc Bolan había conseguido ser una de las figuras más importantes y representativas del movimiento.

Su anterior disco, el mitiquísimo y soberbio “The Slider”, había sido otro exitazo y no se podía esperar menos de su siguiente obra, “Tanx”. Sin embargo, si algo le honró a Bolan es que no repitió la jugada ni se durmió en los laureles: sacó un par de singles imbatibles y de éxito seguro que le permitieron mantenerse en lo más alto para, a continuación, sacar un disco en el cual no se vislumbraba apenas un tema con madera de single seguro y en el que dio un paso adelante respecto su obra anterior. Lo que hizo Bolan fue buscar superarse a sí mismo artísticamente antes que comercialmente (algo que por entonces tampoco le hacía mucha falta).

“Tanx” no es un disco especialmente fácil si lo comparamos con los anteriores discos glam de T. Rex. Sigue estando su sonido glam tan particular, sigue habiendo algunos temas rockeros directos y pegadizos pero en general Bolan opta por una producción más recargada y exprimiendo al máximo los temas con todo tipo de arreglos pero al mismo tiempo sin alargarlos (la mayoría son bastante cortos y no duran mucho más de 2 minutos): Bolan va directo al grano, explota las melodías y cuando cree conveniente las cierra sin alargarlas más de lo necesario, la filosofía de decir todo lo que tenga que decir en el menor tiempo posible. Es ése otro de los motivos que hace de éste un disco menos accesible que “The Slider” mismamente, y es que lo forma en gran parte temas más bien cortos y llenos de detalles y arreglos siguiéndose uno tras otro sin darte tiempo a asimilarlos en las primeras escuchas. O al menos eso me pasó a mí y seguramente le pasó a los críticos que criticaron tanto el nuevo trabajo de Bolan (o eso o eran sordos).

El tema que abre el disco lo define a la perfección y es además uno de los mejores: “Tenement Lady”, un tema muy adornado de arreglos que repentinamente cambia por completo de melodía adquiriendo un tono oscuro y bello a la vez ayudado por el piano.
Los momentos más rockeros y fáciles del disco se encuentran en temas como “Rapids”, “Shock Rock” (grande ese estribillo y ese pequeño toque de piano), “Country Honey”, “Mad Donna” o “Born To Boogie”. Son los que nos recuerdan más al T. Rex de anteriores discos por estilo: riffs sencillos pero efectivos adornados con melodías pegadizas con toques festivos.
El resto del disco tira por caminos más cercanos al extraño tema inicial, y es aquí donde se encuentran los temas a mi gusto más interesantes. Por ejemplo, un agradable tema pop como “Mister Mister” consigue, con el tratamiento sonoro que se le da, tener además una atmósfera especial. A ésta le sigue uno de mis momentos favoritos sin dudarlo, la preciosa y melancólica “Broken Hearted Blues”, donde su interpretación vocal y la atmósfera que le envuelve (creada con los arreglos de violines y el saxofon en un segundo plano) consiguen convertirlo en un tema sumamente emotivo. “Electric Slim and the Factory Hen” es otro de los grandes momentos del disco, un tema que a mí me suena bastante moderno para su época y que cuenta con los mejores arreglos de violín del disco. Bolan sin duda vivía en otra dimensión por entonces.
En el tramo final nos encontramos con baladas como la acústica “Life Is Strange” (con un sonido más austero y sencillo), el atmosférico “Highway Knees” (cuyo final me encanta) y “Left Hand Luke and the Beggar Boys”, con tintes soul en esos preciosos coros, un final a lo grande.

El disco se acaba aquí y sólo por estos temas ya valdría la pena tenerlo, pero no puedo evitar comentar los extras que trae la edición en CD, porque son algunos de los más grandes singles de la carrera de este hombre. Canciones como “Jitterbug Love”, “Sunken Rage” o “Solid Gold Easy Action” (¡por Dios, que alguien me quite este estribillo de la cabeza!) nos devuelven ya al T. Rex más conocido, auténticos temazos rockeros que harían las delicias de cualquier fan del mejor glam-rock setentero. Pero lo mejor es que aún quedan los dos singles principales, dos de los temas más famosos de la carrera de T. Rex, dos auténtica joyas imprescindibles. El primero es esa maravilla llamada “Children of the Revolution” con unos violines y un estribillo memorables, de lo mejor de su catálogo. Y el que nos queda no es nada más y nada menos que “20th Century Boy”, que no es que sea uno de los mejores temas de T.Rex o de los 70, sino de la historia del rock. Un temazo con un riff y una melodía legendarios con un tono festivo y alegre contagioso que animaría hasta a un muerto. El glam-rock festivo llevado a su máxima expresión, sencillamente antológico.

Pese a ser menos recordado que otras obras suyas, “Tanx” es un grandísimo disco que nos demuestra que el talento de Marc Bolan daba para mucho, más allá de esos grandes temas de rock festivo a los que todos tendemos a asociarle.

2 comentarios:

Mati dijo...

excelente blog!

me encantó el review de slapp happy

saludos

emejota dijo...

Mi disco favorito de T. Rex.

Saludos.