domingo, 30 de diciembre de 2007

LED ZEPPELIN - Houses of the holy (1973)



Tras cuatro discos a cada cual mejor Led Zeppelin se negaban a acomodarse. Y si ya es algo emocionante descubrir a Led Zeppelin algunas décadas después, no quiero imaginar lo que sería ser fan suyo durante aquellos años, descubrirlos disco a disco, cuando cada entrega de su música era una sorpresa. Su primer disco era blues rock endurecido, estilo que evolucionó hacia el hard rock de su segundo disco. En "III" se inclinaron por experimentar, principalmente con sonidos más acústicos, y su cuarta entrega fue su disco más recargado, épico y pretencioso. La principal diferencia es que cada uno de esos cuatro discos tiene una clara identidad definida por si misma, mientras que este "Houses of the holy" es ya algo más difuso, se acerca más al concepto de simple colección de canciones. Si en "III" los experimentos solían seguir una senda más o menos definida, aquí Led Zeppelin se atreven con cualquier cosa que se les ocurra, tanto en estilos como en sonidos. Quizá por eso suena algo desparejo como obra, pero nada grave a lo que uno no pueda acostumbrarse.

"The song remains the same" abre de manera brutal. No deja de ser un tema para el lucimiento de Page, aunque las partes cantadas por Plant son muy buenas. Está infestado de riffs y solos a cada cual mejor, y aunque se aleja algo del sonido de Led Zeppelin se les sigue reconociendo perfectamente. La que ya se desmarca de cualquier cosa que hayan hecho es "The rain song", una balada acústica donde Jones toca el piano y el melotrón. Al principio es algo sosa. La melodía demasiado difusa, y da la sensación de buscar la atmósfera por la atmósfera, relegando la composición a un segundo plano, pero con el tiempo uno puede empezar a captar su impresionante melancolía y carga emotiva, así como la personal interpretación vocal de Plant. Belleza en estado puro. Para terminar el trío de obras maestras que dan comienzo al disco está "Over the hills and far away", un tema duro pero bastante poppie donde de nuevo Page demuestra ser el maestro. Es algo simplemente excelso la manera en la que pasa de la introducción acústica al tema rockero principal.

Desgraciadamente "The crunge" empaña bastante el resultado del disco. Es un experimento funk que no suena mal, pero como composición es bastante vacía y el resultado final, pues francamente es una tontería. Puedo disfrutarla según el día, pero francamente no tiene lugar en un disco como este. "Dancing days" es un tema en una onda más clásica de Led Zeppelin, que no es gran cosa comparado con lo que podemos encontrar en anteriores discos, pero no está nada mal, principalmente gracias al hipnotizante riff. El tema de la discordia es "D'yer mak'er". O quizá no debería decir discordia, porque gran parte de los fans lo odian. A mí por el contrario me encanta, me parece genial. Es, ni más ni menos, un tema reggae. Pero no pasado por el filtro de Led Zeppelin ni nada de eso, es reggae, a secas. A mi no me disgusta nada el reggae, aunque apenas haya escuchado, y me veo capaz de decir que esto es una gran canción en su estilo. Incluso sus detractores suelen coincidir en algo, y es que la batería de Bonham suena brutal, y estoy de acuerdo.

Llega el mejor tema del disco, "No quarter". De dificil catalogación, yo me atrevería de decir que es un tema con reminiscencias del rock sinfónico. El riff es, como solían ser los de Page, maravilloso, pero aquí ya no suena potente, ni agresivo, sino sutil, misterioso, envolvente... Jones con su piano eléctrico da una atmósfera increíble, sobre todo en la parte central del tema, y la forma delicada de cantar de Plant está entre sus mejores momentos como vocalista. Después de "Stairway to heaven" me parece el mejor tema de Led Zeppelin. Para cerrar tenemos "The ocean", muy buen tema, más típico dentro del estilo de la banda y con un bizarro momento en el que los cuatro componentes cantan a capella.

¿Obra maestra? Mmmm, pues no sé. No es tan redondo como los discos anteriores. Pero cuatro temas, que por duración son más de la mitad del disco, son absolutamente magistrales, de lo mejor del rock, y el resto en su mayor parte vale mucho la pena. ¿Qué importa si estrictcamente es una obra maestra o no? Es un disco de imprescindible escucha.


1 comentario:

Anónimo dijo...

En mi opinión es el peor (o si lo prefieren, "menos bueno") disco entre los seis primeros de LZ, pero aún así excelente. No Quarter es de las mejorcísimas del grupo, y también esa preciosidad que es The Rain Song con Page excelente a la guitarra acústica.

El tema reggae de la discordia, a mí la verdad es que no me entusiasmaba mucho, pero con el tiempo cada vez me ha ido gustando más... es que es muy pegadiza, joder, hace poco volví a escuchar el disco y estuve con esos "Oh-ohohoohohoh, You don't have to go" en la cabeza durante una semana. Me da muy buen rollo.

Mola el blog, a pesar de que no he oído muchos de los discos que comentas. Ya me he puesto a buscar el de Sparks y el de The Abstract Truth, que me han llamado la atención.