sábado, 24 de noviembre de 2007

ELTON JOHN - Goodbye Yellow Brick Road (1973)


Aunque hoy en día Elton John es un músico más bien denostado (reconozcámoslo, en gran parte se lo ha ganado él solito), en los 70 era un excelente artista con una creatividad apabullante. Hasta que llegaron los fatídicos años 80 (de los que, a juzgar por los repertorios de sus conciertos actuales, él mismo tampoco se siente muy orgulloso hoy en día), Elton John era una máquina que no sólo sacaba un disco tras otro, un año sí y otro también, sino que encima era muy bueno.

En 1973 Elton John se encontraba en su mejor momento artística y comercialmente hablando, así que “Goodbye Yellow Brick Road” vino a ser la cumbre de su edad de oro no sólo porque sea (en mi opinión) su gran obra maestra, sino porque es un disco que en sus 76 minutos de duración nos muestra las diversas facetas de nuestro amigo Elton, en cuanto a creatividad es sin duda uno de sus discos más logrados y donde es capaz de hacer coincidir géneros más diversos (rhythm ‘n’ blues, rock sinfónico, hard rock, sus imprescindibles baladas a piano...). Lo mejor de todo es que éste no fue un disco doble “premeditado”, sino que simplemente Elton comenzó a componer canciones hasta que se dió cuenta de que daba para un disco doble (y aún así hubo varios temas que se desecharon) lo cual nos confirma hasta qué punto estaba en estado de gracia por entonces.

El inicio del disco es escalofriante y demoledor: “Funeral For a Friend”, un tema instrumental tétrico y que es de los temas más oscuros que he oído, uno de mis mayores candidatos a tema favorito del disco, inconmesurable. Unida a ésta se encuentra la más rockera y tradicional “Love Lies Bleeding”, un tema rockero muy en su línea combinando el protagonismo de las guitarras con su omnipresente piano.
A ésta le sigue “Candle In The Wind”, seguramente su tema más famoso con una letra de Bernie Taupin dedicada a Marilyn Monroe. Pese a lo quemada que está me sigue gustando mucho la forma como canta el “Goodbye Norma Jean” y su tono tan triste. Cambiando radicalmente de estilo viene “Bennie And The Jets”, un tema muy influenciado por el rhythm ‘n’ blues con un ritmo muy repetitivo y pegadizo. Como muestra de lo detallistas que fueron con la producción, al darse cuenta de que a la canción le faltaba “algo” decidieron añadirle aplausos y voces para crear un falso directo (destacar el pequeño detalle de como las palmas se dan ligeramente fuera de tiempo, ya que el público inglés solía acompañar así las canciones... o al menos eso dicen ellos).
Llega entonces mi otra gran aspirante a tema favorito: “Goodbye Yellow Brick Road”, una balada preciosa donde Elton John demuestra que si bien es obvio que era un pianista excelente (y si alguien no cree que eso sea obvio que se enchufe este disco en vena y que me diga si no es casi un manual de como tocar el piano en un disco de rock), no es tan recordada su enorme capacidad como cantante. En este tema canta de una manera tan absolutamente dramática que algunos llegaron a creer que se había ayudado con truquitos del estudio. Y a destacar por supuesto la letra de ese excelente letrista que es Bernie Taupin, que aquí hace referencia al famoso camino de baldosas amarillas de “El Mago de Oz” para hablar de la decepción que vivió tras alcanzar el éxito que todos soñamos. Maravillosa.

Se podría dedicar párrafos enteros a cada canción pero me temo que me estoy excediendo y no llevo ni la mitad del disco, sin embargo creo que todas merecen alguna mención: la preciosa balada “This Song Has No Title” apoyada sólo en pianos y teclados más su voz (¿para qué más?); la curiosa “Grey Seal”, que es una de las favoritas del mismo Elton John; el experimento de reggae de “Jamaica Jerk Off” que es la que menos me gusta del disco pero que queda en simpática y anecdótica como recuerdo del intento frustrado de grabar el disco en Jamaica; la atmosférica balada “I’ve Seen That Movie Too”, que tiene una ambientación que le da un tono muy especial (y que en estos momentos es la que más me tiene enganchado del disco); la nostálgica e irónica “Sweet Painted Lady” y “The Ballad Of Danny Bailey” con unos maravillosos arreglos orquestales.
Tras este tema llega la parte rockera del disco que se inicia con “Dirty Little Girl”, con su ritmo lento marcado por el piano y la guitarra; a ésta le sigue una de las grandes joyas escondidas del disco, la inconmesurable “All The Girls Love Alice”, canción rockera y muy bailable en la que Elton se queda con nosotros al detener el tema de repente para cantar el precioso estribillo casi a cappella y luego retomarla de nuevo, genial; en “Your Sister Can't Twist (But She Can Rock & Roll)” Elton y su banda ya le dan directamente al acelerador creando un tema muy simpático y pegadizo con unos juegos vocales memorables e imposibles de olvidar y finalmente con la guitarrera “Saturday Night's Alright for Fighting” Elton se desboca y descubrimos qué olvidada está la gran banda que había detrás de el cantante-pianista miope.

Y como colofón final, para mí el momento más emotivo del disco: la tristísima “Roy Rogers” por cuya letra siento debilidad (Roy Rogers era el protagonista de una serie de televisión de vaqueros que acabó siendo olvidada), seguida por el paréntesis cachondo de la irresistible “Social Disease” (excelente combinación bajo-piano, y jamás pensé que diría esta frase) para acabar el disco con otra de sus grandes baladas: “Harmony”, que es un punto final perfecto.

“Goodbye Yellow Brick Road”, uno de los más grandes discos de la historia para el que escribe, es una de esas obras maestras a las que pese a lo largas que son, pese a que tengan algun momento que no te agrade tanto como el resto, no le quitarías nada. Porque lo que representa globalmente está por encima de eso: un grandísimo artista dando rienda suelta a todo su potencial. Nosotros, como humildes oyentes, no podemos hacer más que escucharle y disfrutar de su música.

1 comentario:

Anónimo dijo...

¡Una obra maestra de la música de los '70!. Ahora ya no lo disfrutaria tanto como antes, pero fue un disco muy especial para mi. La fuerza de "Funeral For A Friend/Love Lies Bleeding"o la nostalgia que desprenden temas como "Candle In The Wind", "Goodbye Yellow Brick Road", "I´Ve Seen That Movie Too" o "Roy Rogers" es impresionante. Junto con su segundo trabajo "Elton John" (1969), es el disco que más he disfrutado de este músico.