domingo, 11 de noviembre de 2007

LOU REED - Berlin (1973)


A Lou Reed desde luego no le iba lo fácil. En 1972 con “Transformer” consiguió su primer gran éxito popular tras fracasar comercialmente tanto con su anterior banda, The Velvet Underground, como con un debut en solitario que no colmó las expectativas depositadas en él. Con la ayuda de Bowie, consiguió por fin abrazar el éxito masivo con una de sus mejores discos y ayudado por un single que se convirtió en un clásico desde el día en que vió la luz, “Walk On The Wild Side”.
Y sin embargo, pese a lo que le costó llegar tan alto, lo primero que quiso grabar tras ser un artista conocido fue un disco doble sobre las desgracias de una decadente prostituta berlinesa. La discográfica se dió cuenta entonces de con qué clase de pirado estaban tratando, y tras intentar disuadirle en vano se tuvieron que conformar con haberle convencido de que al menos no fuera un disco doble. Fue inútil, “Berlin” fue un rotundo fracaso comercial de todas maneras. En la edad de oro del glam-rock a nadie le importaban las vivencias de una prostituta que se acaba suicidando.

Y es que “Berlin” es uno de los discos más terribles y angustiosos de la historia del rock. Siendo fiel al estilo que ha seguido siempre como letrista, Lou no utiliza la historia de Caroline para concienciar o criticar, simplemente escupe retazos de realidad de la forma más cruda y fría posible. En ningún momento redime a los personajes ni tiene compasión por ellos: ella es una prostituta que está condenada desde el inicio del disco; Jim, su chico, no sólo la maltrata sino que al final, cuando Caroline ya se ha suicidado y la recuerda con nostalgia mirando fotos suyas, aún tiene la sinceridad de decir que de todos modos cualquier otro le habría roto los brazos. Jim y Caroline son fragmentos de una realidad que Lou Reed no tiene ninguna intención de adornar o suavizar.

En lo que respecta a la música, “Berlin” también fue un disco bastante rupturista respecto a su anterior obra y de hecho es difícil definir a qué suena exactamente. Primero de todo cabe hacer justicia a la gente de la que se rodeó Lou: una impecable banda que luego le acompañaría en la posterior gira (reflejada en el famoso “Rock ‘N’ Roll Animal”) y con la participación especial de Jack Bruce al bajo y Steve Winwood al órgano. Además el productor es nada más y nada menos que el gran Bob Ezrin, que hizo aquí uno de sus mejores trabajos (sobre todo en lo que respecta al uso de numerosos instrumentos de viento y violines en la mayoría de canciones).

El disco tiene un inicio que siempre me ha encantado: una extraña voz distorsionada, voces de alegría cantando el “Cumpleaños Feliz” que se desvanece y un omnipresente piano que esboza una triste melodía que poco a poco cobra protagonismo hasta dar inicio al tema homónimo del disco, uno de los pocos momentos de intimidad que se nos ofrecerá con Lou cantando solo acompañado por el piano y un ambiente silencioso.
Cada canción, cada pincelada de la historia, sigue un estilo distinto a la anterior (aunque tengan rasgos en común): “Lady Day” tiene cierto toque dramático con ese maravilloso estribillo; “Men Of Good Fortune” nos devuelve a la intimidad del tema inicial con el piano; “Caroline Says I” es lo más parecido a un momento alegre que encontraremos, excelentemente acompañada de violines y flautas; “How Do You Think It Feels” destaca por sus marcadas trompetas y un maravilloso solo de guitarra; “Oh Jim” tiene dos partes bien diferenciadas, la primera tiene como protagonista las trompetas y una poderosa batería remarcando el ritmo y la segunda es un momento acústico en que Caroline pregunta a Jim por qué la maltrata de esta manera.
En la segunda cara del disco ya prácticamente no hay instrumentos de viento y el dramatismo se acrecenta para dar paso al desenlace de la historia que se nos ha presentado en la primera cara. Empieza con mi favorita, la preciosa y tristísima balada “Caroline Says II”, con una letra que siempre me ha parecido brutal (Caroline says - as she gets up from the floor/You can hit me all you want to, but I don't love you anymore/ Caroline says - while biting her lip/Life is meant to be more than this - and this is a bum trip). Sin embargo el momento más terrible del disco llega con “The Kids” (censurada en España durante el Franquismo) un deprimente tema acústico en que Lou narra como le quitan a Caroline sus hijos por ser una prostituta. Los minutos finales en que se oye a varios niños llamando entre gritos y lloros a su madre es uno de los momentos más duros que nunca he oído en un disco (dice una falsa y morbosa leyenda que para grabarlo Bob Ezrin dijo a sus hijos que su madre había muerto y a continuación les grabó mientras lloraban).
Sin motivos ya para vivir, Caroline opta por suicidarse en el mismo lugar donde se gana la vida, en su cama. En “The Bed” Lou nos narra con una absoluta frialdad como la desgraciada prostituta se corta las venas acompañado de una atmósfera escalofriante que se adueña del tema. Como colofón final, “Sad Song” son las reflexiones de Jim recordando a la difunta Caroline. Es un tema mucho menos deprimente que los anteriores que refleja cierta esperanza ambigua para cerrar el disco.

La grabación de “Berlin” debió ser algo digno de ver, según Lou “nos matamos psicológicamente en ese disco, nos metimos tanto que fue difícil salir de él”. Y, como suponía la discográfica, el público no estaba preparado por entonces para una obra tan dura y extraña y tanto crítica como público le dieron la espalda. Por suerte el tiempo le ha dado la razón y seguramente no sea el único que a día de hoy lo considera uno de los mejores discos de la historia. No sólo eso, sino que muy probablemente ésta sea además la obra favorita del propio Lou Reed de entre toda su discografía.



5 comentarios:

Anónimo dijo...

El disco ciertamente es de lo más brutal, fantástico y sobrecogedor que se ha hecho en la historia del Rock. Y no sé la razón que le llevaría a Lou Reed a verse afrontando algo así después de haber conseguido con “Transformer, por primera vez, lo que le había hecho huir de la Velvet a su encuentro, el éxito.

El caso es que este disco es deliberadamente trágico, y en cada instante se puede encontrar un punto a partir del cual podría girar otra nueva historia que sin remedio desembocara de nuevo en lo condenado de antemano. Es un disco en el que se anticipa la sentencia de muerte, para mayor angustia.

Fue mi segundo de Lou, después de “The blue mask”, con el que me abrió una nueva perspectiva de la música, y no veo ni una sola fisura en él.

Una cosa que no has mencionado ha sido sus compañeros de viaje. Ni más ni menos que Jack Bruce y Steve Winwood al bajo y piano. Y he visto en varios sitios siempre que también participó Tony Levin, aunque no lo tengo original más que en cinta, y no puedo certificarlo por los créditos. También estaba la pareja de guitarristas que puso el productor, de cuyo nombre jamás me acordaré por ser el mismo que en “The wall” de Pink Floyd (dicen que hay similitudes en algunos detalles de algunos temas …), Steve Hunter y Dick Wagner, aunque no tan relevantes como estos primeros, pero que estuvieron de gira después, aportando un punto de agresividad al sonido de Lou Reed, que se plasmó en el directo “Rock and roll animal”. El batería es Aynsley Durban, otro viejo conocido de los círculos setenteros ingleses (Jefferson Starship, primeros Journey, y estuvo cercano a Zappa, participando en algunos discos tan señalados como “Apostrophe´”).

Otro pequeño detalle que me extraña que no hayas mencionado, porque es muy conocido, es que “Lady day” está dedicada a Billie Holiday.

Mr. Grieves dijo...

Fijate que sí menciona a Jack Bruce y Steve Windood. Lo de Tony Levin no lo sabía, pero no hace más que engrandecer el disco (como me encanta ese tío), y lo de Dick Wagner, pues tenía yo entendido que había colaborado con Reed, pero no sabía que en concreto en este disco.

Anónimo dijo...

Es cierto, y además en el mismo párrafo que ensalza la labor del productor. : )

Lo de Steve Hunter (compañero de Mitch Ryder en aquellos años)y DIck Wagner parece previsible, ya que se les menciona por ahí como la pareja socorrida del Ezrin ese. Luego brillaron sus nombres por estar en la gira e identificar parte del sonido de "R´n´r Animal".

Anónimo dijo...

Todo lo que se diga de este disco es poco. Sobrecogedor....Para mí "the Bed" es algo maravilloso.
Respecto a Aynsley Dunbar, participó en "Apòstrophe" de Zappa, pero fue su baterista oficial desde 1970 hasta 1972, destacando en los discos de Jazz rock del '72 (mes arriba, mes abajo), "Waka jawaka" y "The Grand wazoo". Además, Dick Wagner venia de la banda Frost, cuyo primer trabajo "Frost Music" (1969) es maravilloso.

Marian dijo...

Uau q reseña!
Thanks cariño!