Esta vez sí, me dispongo a reseñar un trabajo ciertamente perdido en el tiempo. Antes de nada un poco de historia. El grupo se junta en Hamburgo, producto del compositor vanguardista Anthony Moore (teclista y principal compositor del grupo), británico, su novia alemana Dagmar Krause (voz) y su amigo Peter Blegvad (guitarra y coros), estadounidense. Se intenta que sea un grupo pop, y para completar la formación se ayudan de algunos músicos Faust. Con esto sale "Sort of", que lanzaron con Polydor. Para su segundo disco, "Casablanca Moon", intentan hacerlo más comercial, pero debido a las bajas ventas del primer disco Polydor les retira su apoyo. Tras esto emigran a Londrés para probar suerte con la joven compañía Virgin, que puso a su disposición músicos de sesión con los que regrabar este disco, que acaba saliendo a la venta como "Slapp Happy".
Hay quien ha definido que la característica principal de Slapp Happy es el encanto. Estoy de acuerdo. Estamos ante un disco elegante, refinado, digno de paladares sofisticados dentro del rock, pero al mismo tiempo para nada pedante ni elitista. Un disco que cualquiera puede, o debería poder disfrutar. ¿Qué mejor prueba de ello que la primera canción? "Casablanca Moon" abre el disco, y pese a lo que pueda dar a imaginar el título, la canción es... un tango. Una leve introducción de violín acompañado de piano, y ya estamos dentro del disco. La batería irrumpe con fuerza y Dagmar canta son su extraña y enimática voz, con su extraño acento alemán, entonando con vigor los primeros versos: "He used to were fedoras, now he sports a fez...". Un maravilloso ritmo sincopado sobre el que una deliciosa instrumentación, con la guitarra matizando melodías tangueras aquí y allá.
Puede que aún sea mejor "Me and Parvati", un pop de altísima categoría que llena mi mente de imágenes bohemias, antiguos bulevares, noches a orillas del Sena y periódicos narrando las noticias en el África colonial. Dagmar está terriblemente seductora, pero además se apoya muy bien en la segunda voz de Peter, quien además tiene su pequeña parte como voz solista, haciendo de "Me and Parvati" algo irrepetible. "Half way there" no es tan grandiosa, aunque tiene una ambientación tropical digna de destacarse y una melodía muy divertida. Y es que además este disco es muy variado, se mueve muy bien por distintos estilos y siempre sale airoso. Un aire de ligereza similar tiene "Michaelangelo", un pop saltarín apoyado por un inefable sonidito de teclado.
"DAAAWN!" comienza el siguiente tema, un increíble tema épico acompañado por trompetas donde quizá la voz de Dagmar se hace demasiado chillona (no es el único momento donde ocurre), lo que se compensa con que la melodía que entona es increíble, y los ataques eléctricos de Peter Blegvad, muy sutiles, dotan al tema de magistral potencia. "Mr. Rainbow" es otra cosa ya. Es una canción increíble, cargada de bella oscuridad que bien podría sonar en el interior de una casa abandonada durante un ritual pagano. Peter y Dagmar se hacen los amos de la oscuridad con esta interpretación (además de los increíbles guitarrazos distorsionados de Peter), donde además alternan inglés y francés. No sé si es la mejor del disco, pero es una de esas canciones que HAY que escuchar. Como contrapunto a estas tinieblas tenemos los tres temas siguientes: "The secret" es un pop tranquilito con una melodía adorable y palmaditas. "A little something", bastante mejor, se mete en un terreno distinto a lo ya visto en el disco: la bossanova (o eso me parece, no es que entienda mucho de música brasileña). Es un tema aplacible con percusiones latinas (ah, ¡cómo las adoro!) en lugar de batería, que consigue sin duda relajar y poner de buen humor a cualquiera. "The drum" parece una canción más tosca, pero sólo bajo una mirada superficial. La instrumentación es una mezcla deliciosa: guitarras acústicas, percusiones indias, armónica... una exquisita amalgama sonora. La canción en si es una especie de himno, como para cantar en un campamento, con una melodía de esas que podrían trascender épocas y fronteras. Aquí, desgraciadamente, la voz de Dagmar puede sonar incluso irritante, pero merece la pena tolerarla por disfrutar de esta pequeña joya.
"Haiku", como indica su nombre, tiene un toque más japonés. No es lo único que la diferencia, sino que además la canta Peter, con un timbre definitivamente feo pero que queda genial, con la voz de Dagmar en un segundísimo plano. Además la melodía es muy extraña, al menos en comparación con el resto de temas, pero con las escuchas acaba haciéndose algo terriblemente adictivo, un hallazgo de belleza en lo grotesco. "Slow Moon's rose", una bonita balada en ritmo ternario que va bien para relajar los ánimos después de "Haiku" y volver a la realidad de un modo más natural. Atención al precioso solo de saxofón.
Tras este disco, Slapp Happy se fusionaron con Henry Cow y sacaron dos discos conjuntos, "In praise of learning", disco de Henry Cow con la colaboración de Slapp Happy y "Desperate straights", disco de Slapp Happy con el apoyo de Henry Cow, un disco mucho más enrevesado y vanguardista, buen disco pero que pierde gran parte del encanto (siempre el encanto) que mostraba aquí el grupo. Después Dagmar Krause se uniría a Fred Frith y Chris Cutler de Henry Cow para formar el grupo de vanguardia Art Bears. En 1980 se editó "Acnal basac noom", lo que hubiera sido ese "Casablanca Moon" original grabado en Alemania. Entre todo este aluvión de acontecimientos, este disco ha quedado perdido como una isla de encanto pop en un mundo de vanguardia y experimentación sonora. Por eso, como amante de este tipo de música que por azares de la vida llegó hasta este disco, me veo obligado a recomendarlo a todo aquel que me lea. Un disco para recordar.
1 comentario:
Excelente agrupación, la voz de dagmar y la sutileza en la ejecución por parte de los músicos hacen de esta banda una de mis preferidas
bien!
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