Osibisa, en alguna lengua ghanesa significa "Cruce de ritmos que explotan con felicidad". No hay palabra mejor para definir su música. Osibisa es un grupo fundado en Londres por músicos de distintos lugres de África y el Caribe. En su formación original, que grabó este disco, encontramos tres ghaneses (Teddy Osei al saxofón, Sol Amarfio a la batería y Mac Tontoh a la trompeta, siendo los dos primeros los únicos que se han mantenido en todas las formaciones del grupo), un nigeriano (Lasisi Amao a la percusión y saxo tenor), un trinitense (Robert Bailey, teclista), un antiguano (Wendell Richardson, guitarra) y un granadino (Spartacus R al bajo).
La música de Osibisa es tan genial como la naturalidad con la que fluye. Ritmos tribales, percusión caribeña y africana, rock progresivo, cantos étnicos, jazz fusión, alegría, optimismo, vida y espiritualidad a partes iguales, música tanto para una fiesta ritual como para relajarse.
Comienza el disco con una frase que queda para la historia del rock, cuando oímos esa voz con indiscutible acento negro decir aquello de: "Osibisa, criss-cross rhythms that explode with happiness. We gonna start this happy vibes from the root, and the root is early one morning in the heart of Africa." Y empieza "The dawn", una increíble carta de presentación. Un largo crescendo instrumental donde Osibisa decide empezar su discografía mostrando su potencial, con un ritmo pegadizo, que poco a poco te va introduciendo en el disco. Solos de flauta (arranque brutal a lo Jethro Tull cerca del final), de guitarra, potentes riffs de vientos... en resumen, lo que es el disco, concrentrado en un sólo tema. Mi favorita del disco es la segunda, el single "Music for Gong Gong". Un tema muy festivo, cuyo riff de metales es mítico, y el ritmo impide que uno pueda estarse quieto durante la canción. Ni siquiera durante la parte algo extensa en la que sólo se oyen percusiones se hace cansino para nada. Un tema que demuestra perfectamente como una canción bailable puede ser excelente. La manera de retomar el riff inicial para terminar, totalmente de antología. Un clásico. "Ayiko bia" introduce voces, llenando la canción de irresistibles cánticos que te hacen sentir en dicha mañana en el corazón de África que se mencionaba en el inicio del disco. De esta canción debo destacar además el maravilloso trabajo de Richardson como guitarrista, que toca con muchísimo feeling y una limpieza envidiable.
Un maravilloso más de lo mismo es lo que encontramos en la cara B, que no decae ni un momento. Además aquí encontramos más voces, lo que a mi gusto hace el disco más ameno (es que estos temas son irresistibles de cantar a grito pelado, diantres). Un tema como "Akwaaba" así lo prueba: más felices explosiones de ritmos, que a uno en este punto le gustaría que no pararan nunca. En esta segunda mitad encontramos dos de mis momentos favoritos del discos, el principio de "Oranges", que tiene un riff muy alegre, incluso pop maravilloso, y el final magistral del disco con "Think about the people", canción que tiene una letra en inglés hecha y derecha, cantada muy buen por Richardson (aunque el lider compositivo del disco es Osei, este tipo está que se sale de principio a fin), y tiene un importante regusto a Santana y una abundante sobredosis de órgano hammond. Por ahí por medio queda "Pallus C", que tiene un ritmo juguetón, una genial batería y unos coros geniales repitiendo el título una y otra vez.
Osibisa empezarón pisando fuerte, con un sonido perfectamente definido y las ideas claras, dando lugar a uno de los mejores debuts de la historia. Empezando por la genial portada, con tan excelso animal que no podía salir más que de la mente de Roger Dean. Si eres aficionado al rock de los setenta, y eres de los que le gustá el toque distinto que dan las percusiones latinas en Santana y que no puede evitar sonreír cuando le ve a cierto tema algún toque tribal, quizá podrías dar un paso más allá y zambullirte en la feliz explosión de ritmos cruzados. Yo, lo recomiendo.
1 comentario:
interesante fusión. Gracias por el aporte!!
Carlos
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